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sábado, 7 de noviembre de 2015

En la decisión es donde está el quid de la cuestión

El post anterior, y primero de este blog, creó un poco de polémica. Para aclarar las cosas y ver como tiene su aplicación, viene este segundo. La anterior entrada versaba sobre técnica, táctica y estrategia, o más bien, como dividir lo comúnmente llamado trabajo técnico. Quizás fue un poco teórico, pero sirve para explicar trabajo de objetivos como el de la sesión de hace unos días.

A veces, para poder entrenar la maniobra de marcha atrás, hemos usado la marcha atrás obligatoria. Nos pasa que en ciertos canales es difícil encontrar una marcha atrás evidente, pero he aquí las consecuencias de obligar a esa opción, relacionadas con lo comentado en el post anterior.

Nuestro último fin con el entrenamiento no es que el palista haga una reversa técnicamente perfecta, sino que la haga en el momento perfecto, en el que le produzca el máximo beneficio, tanto en términos de tiempo como de probabilidades de éxito. Superando al beneficio que pueda obtener de una marcha adelante, sobretodo. 

Luego si hacemos un marcha atrás obligatoria, estamos olvidando el componente de toma de decisiones del atleta en este ejercicio, haciéndola sólo porque 'está mandao'. No mejorará tácticamente, ni siquiera en su capacidad de análisis. Sólo en su técnica de la maniobra, pero ni siquiera tanto, ya que partimos de que él probablemente siente que no está ejecutando la mejor opción, si no la que le han prescrito. Cuando él sienta que es la opción que necesita hacer es cuando se volverá más eficiente en la ejecución.


La distribución del trabajo del entrenamiento propuesto, y que creo que ayuda en ambos sentidos, es la siguiente:
  • Circuito con puertas susceptibles de hacer marcha atrás, donde incluso podemos recomendar cual sería nuestra elección, pero si al palista el cuerpo le pide de cara, que vaya. Que vaya, pruebe y compruebe, y también le dé la oportunidad a la reversa. Pero en todo caso, la última palabra es suya.
  •  En la espera del circuito, dígase las contras anteriores, colocar una puerta de cada lado, dónde mientras esperan para salir, puedan practicar la técnica de marcha atrás. Éste sí va a ser un trabajo técnico puro.

En la primera parte, la de la espera, estaremos incidiendo más sobre el componente técnico. El palista experimenta con cada una de las fases de la marcha atrás, intentando hacerla cada vez más parecida a un modelo teórico ideal, que tiene que haber sido enseñado antes, claro. En la segunda parte, trabajamos sobre el componente estratégico (análisis del circuito, decisión sobre si para mí es mejor hacer cara o marcha atrás), y el componente táctico (adaptarme a la hora de la verdad y hacer el barco deslizar al máximo adaptando mi técnica a la situación final que me encuentro).



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