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lunes, 8 de febrero de 2016

¿Hacia donde voy? Periodización en slalom

"Si no sabes adónde quieres ir, no importa qué caminos sigas."
Gato Cheshire en Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll

La periodización en slalom siempre es pasto de polémica. Principalmente, por las diferencias de enfoque: la preparación de las capacidades físicas condicionales (fuerza, resistencia, velocidad y flexibilidad) y un calendario de competiciones muy repartido durante el año.


Lo más directo y tradicional es basar la planificación anual en base a la preparación física, y que ésta culmine en picos de forma en las competiciones principales de la temporada. En este sentido los picos más habituales son las pruebas de selección (depende del país, entre marzo y mayo), dos ciclos de copa del Mundo (uno en junio, otro en agosto), y un Mundial o Juegos Olímpicos (agosto/septiembre). Además del campeonato continental (febrero en Oceanía, mayo en Europa, muy variable en América). Lo cual hace 5 picos, si preparamos la Copa del Mundo como uno de ellos. Dejando de lado todas las pruebas nacionales, que difieren en importancia según el país.

El otro enfoque es el de hacer un gran volumen de competiciones, porque volvemos a lo mismo de otros posts. Nuestro deporte es situacional. Va a depender más de las decisiones que tomo, de cómo afronto una competición y de mi actitud mental. Y para ello, necesito realizarlas sintiéndome bien y preparado, no con la excusa de una carga física. Como dice Fabien Lefevre en el video Evil in the upstreams: 

"El mejor entrenamiento es competir, porque tu verdadero potencial sólo se demuestra en competición."

Nadie puede contradecir a Fabien en esta afirmación. Pero por otro lado, tampoco podemos negar que la preparación física es fundamental y sobretodo, como el adjetivo de las propias capacidades físicas indica, condicional. Si bien no considero que la forma física sea determinante para obtener un resultado, sí va a condicionarlo en buena medida si la preparación fisiológica cojea por algún lugar. Dicho de otra manera, una buena forma física tiene el objetivo de tener una variable menos de la que preocuparme. Una que me permita exprimir al máximo mis habilidades técnicas y tácticas. Otra utilidad de una buena preparación es poder hacer cada vez más horas de agua sin resentirme. Entrenarme para entrenar.

Ni puedo supeditarlo todo a la preparación física, ni puedo saltármela para poder hacer cuantas más pruebas mejor, porque va a haber un momento que mi potencial va a estar limitado por la falta de mejora en dichas capacidades condicionales. 

Este equilibrio entre preparación física y competitiva va a cambiar sus proporciones dependiendo de los sujetos. Si estos son más jóvenes, es mejor no diferenciar tanto entre los dos enfoques, ya que van a aprender de cualquier situación. En cualquier entrenamiento en el agua van a estar mejorando físicamente, sin necesidad de cargas selectivas. Y en cualquier entrenamiento van a estar mejorando su toma de decisiones y su técnica, si el entorno está bien configurado
Ahora bien, a medida que avanzamos en la vida del atleta, los objetivos van a tener que estar más enfocados, dejando de lado las sesiones complejas (con varios objetivos), para poder mejorar en un sentido u otro, y así dar varios pasos más en el aumento de potencial del atleta. Por poner un ejemplo, hay técnicas que no pueden mejorarse si no hay un incremento de la fuerza. 
Ya por último, creo que cuando el palista está en la cima de su carrera, y con mucha experiencia a sus espaldas, puede permitirse muchas más horas de agua sin acusar la falta de entrenamiento físico especial y alejado del gesto motor o de la situación del deporte.







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